Las generaciones más jóvenes de Afganistán se enfrentan a las barreras de la educación, desde la toma del país por el poder talibán. Desde Unicef, desgranan la situación crítica que viven estos niños en el país en estos momentos. Algunos de los impedimentos que se les presentan son la distancia a los centros educativos, la pobreza, o los prejuicios de género.

Hablamos de la historia de Maghul, una joven de tan sólo 11 años que soñaba con la experiencia de la educación. Cuenta que visitaba su aula todos los días durante la pandemia, mientras la escuela permanecía cerrada. Le pregunté por las dificultades que había encontrado para recibir formación, y me respondió: “El único motivo que podría impedirme estudiar sería que mi padre no pudiera permitirse pagarme los estudios. Quiero ser ingeniera o doctora”.

Sin embargo, cuando todo parecía encaminarse, Mahgul se encontró con la desagradable sorpresa que le brindaron las autoridades talibanes; el anuncio que excluía a las niñas de la educación. Esto impide a toda una generación de mujeres la oportunidad de labrar su propio futuro, de desarrollarse como profesionales, o de explotar sus habilidades. También provocará un aumento del matrimonio y el trabajo infantiles.

Debemos valorar mucho la oportunidad que tenemos en España. Sabemos que nunca estaremos todos de acuerdo con las decisiones que se tomen dentro de la educación en un país, pero somos unos privilegiados por tener igualdad en las aulas, por dar la oportunidad hasta a los menos privilegiados económicamente.

Desde Inlaes, queremos expresar nuestra desilusión con esta decisión en Afganistán, y apoyar a todas las personas que luchan por hacer la educación un derecho fundamental en todos los rincones del mundo.